“Reír nos hizo invencibles. No como los que siempre ganan,
sino como aquellos que nunca se rinden” Frida Kahlo

La muerte muy paciente nos espera de manera irremediable, lo cual es una “regla menor” pero cierta, digo “menor”, porque no la tenemos tan intensamente en la mente, como si otras tantas cosas del mundo que no son tan únicamente importantes.

Buda dijo que en nuestra vida solo había dos momentos realmente memorables, uno era el día en que nacemos y el otro, el día en que morimos, y este último está aún pendiente, mientras sigamos debatiéndonos entre el miedo y la ignorancia.

Para una persona “normal”, la presencia o la consciencia de la muerte esta cotidianamente ausente, sin embargo, de manera refleja, huye o lucha contra la realidad contundente de ésta, batalla que dolorosa e inevitablemente se pierde.

Para aquel que ha realizado esfuerzos por convertirse en un guerrero de cuerpo y mente, debe aceptar la permanente compañía de la muerte, y si bien es un guerrero, su lucha no es contra aquella, sino contra su propio y casi inaguantable impulso de resistir.

Lo que ha vista de otros, este abandono a la muerte es una renuncia a la vida, lo cierto es, que sin el impulso de la resistencia, la mente se despeja, el espíritu puede llegar a fluir mejor y el cuerpo se vigoriza, solo hay que leer las hazañas que lograron esos guerreros antiguos, y que hoy a nuestra “vista”, parecen solo fantasías.

Sun Tzu dice en una parte de su libro, que aquel que era célebre por sus grandes luchas y victorias desconocía el verdadero poder de lo sutil, ¿Quién podría llamar “valiente” o “bravo” a un guerrero que no lucha y que sin embargo vence en silencio?

¿Sabes? El guerrero muere solo cuando debe ser así, incluso me atrevería a decir, que muere, solo cuando gracias a su conquista personal, le da “permiso” a la muerte, pero este permiso radica, en que no se ha explicado la vida a su conveniencia y mucho menos la muerte.

El camino del guerrero es realmente difícil por todo esto.

Que te sorprenda la queja, el lamento o la vergüenza, no es ciertamente importante, ya que, lo que si lo es, es que no te dejes dominar por la “niebla” que te rodea en los momentos “críticos”, y puedas mantener el “ánimo” requerido para escapar de ella y vencer.

Sinceramente

Alejandro Estrada E.
Director Tatsujin Dojo Colombia